sábado, 7 de noviembre de 2009

Mi nueva realidad.


Hilo de plata, bagazo inconfundible de la realidad, atmósferas cercanas-lejanas marchitan sin cual, epopeya andando te me vas/cenizas, resucitas en polvo/suelo, polvora apacible atácame, tus juegos me quiebran, paso tumefacto desvencijándose al andar, negro solsticio, encuentro vagabundo, otro grito ahogado, otro llanto cercenado, no me pidas amabilidad que soy el hombre más cobarde para mostrarla, sabes que aun así te espero. Encontrando el mar negro de mis sueños, la cosquilla profunda, el paso decisivo, el tenue suspiro a la hora adecuada, la palabra abrupta incontrolada. El desdén de mí te corresponde, es tuyo desde hoy; como toda la vida encerrada en un instante universal, te tengo y tú me tienes, lo se y lo sabes. Aguardaré, ojo-cuchillo, mi puñal preparado para rasgar está realidad y abrir la tregua, zanjar el sueño, cortar el humo y observar entre los matorrales la necesidad de una nueva realidad.


Imagen: La Mariée / Marc Chagall (1950)
Fuente: Notting Hill