miércoles, 13 de enero de 2010

Sin imagen.

Mi ser se va alejando, rasga las paredes al quererse detener, es necesario, innecesario, necesario, innecesario, estrobo pensamiento, una cuenta regresiva, no entiendo como suecedieron los acontecimientos, disfruta.
Sin imagen: No hay de donde la saque,
pero sí de donde proponerla.

jueves, 7 de enero de 2010

¿Es?


¿Recuerdas esa sensación?, la siento ahora, o quizá otra similar, ¿siempre se sentirá igual?, será la música que escucho la que haya vuelto a mis sueños tan repetitivos, las mismas personas, los mismos sucesos, las mismas decisiones, situaciones, sensaciones. Ahora ya me golpea, y yo lo golpeo, será que extraño tanto, o quizás me gusta lo extraño, mis torpes fijaciones hacia lo demás, hacia ti, hacia mí. Un ego chistosón al que le gusta qué, sentir qué, pararse en qué, golpear qué, hacer qué... Todo, objetos disociados, mundos disociados apretujados que confluyen, acuerdos que no soy capaz de pronunciar, sí, no esta bien o lo contrario, ya lo sabrás tú. O tú. Ausencia de mí, ¿qué es esto?, repeticiones otra vez. Lo mismo, yo. Ahora cuántos días durará, encierro emocional inversamente proporcional a contactos personales, encuentros, la semana que entra comenzarán otra vez y quizás te olvidaré, olvidaré esta sensación a la que me he fijado hoy y no decido sea cierta.


Imagen: Untitled / Aldo Díaz (Para que vean nos viene de algún gen)
Sensación: Me olvido de todo y solo eres tú, un olvido que aleja lo que no te acerca y que aleja lo que no me acerca, esta sensación me podría funcionar, pero, tú sabes que siempre hay un pero. Tú lo has dicho.

martes, 5 de enero de 2010

Dejando cenizas.


Caramelos ahumados, cenizas quebradizas, verde objeto, café objeto, tinieblas, brusquedad del alma, mar y muerte, lechoso el destino que mis pies van marcando, lejos del apuro un centelleo, blanco insulso, eso no lo hagas, parir el corazón, cabeza de piedra, ruiditos de la conciencia, abandono etéreo, camino de papel. No hay, no hay, fijación total, paro, no cardiaco...

Una vez mas el reloj marca más de las doce, un día más cargando a cuestas a esta mente débil de renacer, ahogándose en si, la luz se dilata y contrae, borrar, ya no soy yo, cada vez me jacto de ser menos yo y mas ser otra cosa, me veo perdiéndome entre escombros de lo que fui. Mientras tanto el corazón araña, negocia un día más con la razón. No existes, se pide; no existe nada, reclama. De por vida seré yo, de por días. Hoy no estoy para nadie, ¿quién está para mí?

Imagen: Letargo / José D.